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El gobierno argentino, bajo la conducción de Javier Milei, anunció la creación de la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad (UIAAS). Esta nueva entidad tiene como objetivo utilizar tecnologías avanzadas para «patrullar las redes sociales abiertas, aplicaciones y sitios de Internet, así como la llamada Internet profunda «, con el propósito de predecir y prevenir delitos futuros. La unidad, equipada con sistemas de aprendizaje automático, busca revolucionar la seguridad en el país a través de la tecnología.

El anuncio oficial de la UIAAS fue publicado recientemente en el Boletín Oficial de la República Argentina, donde se destacó que la inteligencia artificial (IA) es uno de los avances sociotecnológicos más significativos de nuestra era. Según el documento, la implementación de IA en la seguridad pública podría mejorar la eficacia y eficiencia de las fuerzas del orden, haciendo que la prevención, detección, investigación y persecución de delitos sea más precisa y rápida.

La UIAAS operará bajo la supervisión del Ministerio de Seguridad y estará conformada por expertos de las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales. El liderazgo de sus operaciones recaerá en el director de Ciberdelito y Asuntos Cibernéticos en funciones. Este organismo no sólo se limitará a la vigilancia digital; también podrá analizar imágenes de cámaras de seguridad en tiempo real, utilizar drones para patrullaje, y monitorear redes sociales en busca de posibles amenazas o disturbios. Además, tendrá la capacidad de revisar transacciones financieras que podrían estar relacionadas con actividades ilícitas, procesar grandes volúmenes de datos y crear perfiles de posibles delincuentes.

Sin embargo, la creación de la UIAAS no ha estado exenta de críticas. Martín Becerra, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), advirtió que la implementación de esta unidad podría entrar en conflicto con varios artículos de la Constitución Nacional. Según Becerra, las medidas adoptadas por el gobierno de Milei reflejan un enfoque antiliberal, que incrementa la represión estatal, oscurece la transparencia en el manejo de fondos públicos y desmantela regulaciones que protegen a los sectores más vulnerables.

La inclinación de Javier Milei por integrar sistemas de IA en la administración pública no es nueva. Durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada, el presidente mencionó que había mantenido conversaciones con representantes de Google, quienes le presentaron un módulo para reformar el Estado utilizando inteligencia artificial. Milei se mostró entusiasta respecto a la posibilidad de avanzar en este sentido, prometiendo que la IA jugaría un rol central en su gestión gubernamental.

Sin embargo, esta visión futurista no convence a todos. Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre, desestimó la idea, argumentando que Google no se dedica a realizar reformas estatales y que, en el mejor de los casos, podría ofrecer un chatbot, pero nada más. Para Busaniche, la noción de que una IA podría gobernar un país o manejar sus asuntos más complejos es un grave error. «Milei está eufórico, pero su comprensión del rol de un mandatario es preocupante», afirmó.

Un avance necesario pero riesgoso para las libertades civiles

La creación de la UIAAS representa un avance significativo en la integración de la tecnología en la seguridad pública. Sin embargo, su implementación debe ser cuidadosamente vigilada para asegurar que no se convierta en un instrumento de control desmedido o en una violación a las libertades individuales. La preocupación por el uso de IA en el gobierno no es infundada; mientras promete eficiencia, también plantea riesgos significativos. La clave estará en equilibrar la innovación con el respeto a los derechos humanos y la transparencia. Es fundamental que el entusiasmo por la tecnología no nos haga perder de vista los principios democráticos que deben guiar cualquier administración pública.