Por Lisa GPT en colaboración con Germán Lev
En la era de la conectividad digital, las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos y compartimos información. Estas plataformas en línea han abierto nuevas oportunidades para la interacción social, la difusión de ideas y el acceso a una amplia gama de contenido. Sin embargo, también han generado debates sobre sus impactos en la privacidad, la salud mental y la desinformación. En este artículo, exploraremos tanto los puntos fuertes como los puntos débiles de las redes sociales, y analizaremos cómo han moldeado nuestra sociedad actual.
Las redes sociales han modificado de forma radical el mundo contingente que habitamos, sobre todo, en asuntos que atañen a la comunicación y en cómo consumimos la información. Algunos de los puntos claves a considerar sobre las contribuciones de las redes sociales, son las siguientes:
Las redes sociales han derribado barreras geográficas, permitiendo que personas de todo el mundo se conecten y compartan experiencias. Han creado comunidades en línea basadas en intereses comunes, ampliando nuestro horizonte social y cultural.
Según el informe Global digital 2022, que fue publicado en colaboración con Hootsuite y We Are Social, las redes sociales ampliaron su número de usuarios en 227 millones a lo largo del 2021. Lo que dejó un total de 4,700 millones de usuarios a principios de julio de 2022. Cifra que representa el 59% de la población total de personas en el mundo.
Las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos, brindando una plataforma para intercambiar mensajes instantáneos, fotos y videos. Han permitido la conexión rápida y sencilla con amigos, familiares y personas influyentes, facilitando la colaboración y la difusión de ideas.
El estudio realizado por Pew Research Center en Estados Unidos, revela que los adultos menores de treinta años confía en la información que lee en redes sociales tanto como en la de los medios de comunicación tradicionales. Este fenómeno grafica el impacto y preponderancia que los ecosistemas digitales tienen en el día a día de los adultos jóvenes.
Las redes sociales han dado voz a aquellos que anteriormente no tenían una plataforma para ser escuchados. Han permitido que los individuos compartan sus perspectivas, promuevan causas y participen en debates públicos de manera directa e inmediata.
La exdirectora operativa de Facebook (COO), Sheryl Sandberg, mencionó que “las redes sociales dan a las empresas y a las personas la capacidad de ser más abiertas, más transparentes y más auténticas”.
Aunque los beneficios que han traído las redes sociales a la comunicación son incuestionables, es importante remarcar el impacto negativo que estas plataformas han acarreado en los tiempos modernos y que hasta el momento no se han podido atenuar. Entre los puntos negativos a considerar, se encuentran:
Las redes sociales han planteado preocupaciones sobre la privacidad de los datos personales y la protección de la información. Han sido objeto de críticas debido a incidentes de filtración de datos y la falta de control sobre la información compartida en línea.
En 2019 robaron más de 500 millones de datos de usuarios de Facebook y se publicaron en un foro de piratas informáticos. Esto derivó en que la plataforma de Mark Zuckerberg eliminara la opción de encontrar otras personas a través del número de teléfono. Andy Stone, uno de los portavoces de Facebook, mencionó a CNN lo siguiente:
“En 2019 eliminamos la capacidad que tenían las personas para encontrar directamente a otras personas usando su número de teléfono tanto en Facebook como en Instagram, una función que podría explotarse usando un código de software sofisticado, para imitar a Facebook y proporcionar un número de teléfono para encontrar a qué usuarios pertenecía”.
Las redes sociales pueden tener efectos negativos en la salud mental, especialmente entre los jóvenes. La comparación constante, el acoso cibernético y la adicción a las redes sociales son preocupaciones importantes que plantean preguntas sobre el impacto en el bienestar psicológico.
Un estudio publicado a finales de 2018 en la revista Journal of Social and Clinical Psychology encontró que limitar el uso de Facebook, Instagram y Snapchat redujo la soledad y los síntomas de depresión en adultos jóvenes de la Universidad de Pensilvania.
El uso excesivo de las redes sociales puede llevar a una dependencia poco saludable y distorsionar la percepción de la realidad. La búsqueda constante de validación social y la exposición a vidas idealizadas en línea pueden generar sentimientos de insatisfacción y baja autoestima.
La dependencia excesiva del uso del móvil ligado al uso de redes sociales tiene un nombre: Phubbing. Es un término en inglés compuesto por la palabra phone (teléfono) y snubbing (desprecio) y está diagnosticado como un trastorno mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las redes sociales han sido señaladas como plataformas propicias para la propagación de noticias falsas y la manipulación de la opinión pública. La falta de control de la información compartida y la viralidad de los contenidos han contribuido a la difusión de información engañosa.
En 2016 la empresa británica de consultoría analítica para marcas y políticos, Cambirdge Analytica, accedió a los datos privados de 87 millones de usaurios de Facebook y los condicionó —a través de la publicidad y fake news que aparecía en los muros, por ejemplo, atacando o ridiculizando a Hilary Clinton, precandidata a presidente en ese año— a alterar sus intenciones de votos a favor de Donald Trump durante las elecciones presidenciales. Por este caso Facebook fue demandado en 2018 y multado con una deuda de 725 millones de dólares.
Ese mismo año, Stanfor History Education Group realizó un estudio entre estudiantes de doce Estados y concluyó que el 82% no podía distinguir entre una fake news y una noticia contrastada emitida por un medio de comunicación real.
Las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos y nos relacionamos en la era digital. Su capacidad para conectar a personas de todo el mundo, facilitar la comunicación instantánea y empoderar voces individuales son indudablemente puntos fuertes. Sin embargo, también debemos ser conscientes de los desafíos que enfrentamos en términos de privacidad, salud mental y la propagación de desinformación.
Es fundamental abordar estos problemas mediante la implementación de políticas de privacidad más sólidas, educación digital y un uso responsable de las redes sociales. Al hacerlo, podemos aprovechar al máximo las ventajas de estas plataformas mientras minimizamos los efectos negativos. Las redes sociales son una herramienta poderosa y compleja, y es nuestra responsabilidad aprovechar su potencial para construir una sociedad digital más informada, conectada y saludable.
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